Gestionar la incertidumbre para adaptarse al cambio
21-07-2020
Juan Ignacio Di Meglio reflexiona sobre la importancia de comprender el contexto para poder adaptarse al cambio y tomar mejores decisiones institucionales.
*Por Juan Ignacio Di Meglio, Gerente de Asuntos Públicos en LLYC Argentina. juanignaciodimeglio@gmail.com
El contexto ordena la comunicación. Le marca el tono, el ritmo, la encuadra, la define y la posiciona. Si entendemos que comunicar es un proceso de creación de sentidos, el ambiente en donde se produce este intercambio es casi tan importante como el intercambio mismo. Y estos entornos se transforman, cambian, oscilan de un lado a otro. Crean climas, hacen emerger nuevas agendas sensibles y modifican otras que creíamos arraigadas. La foto es cada vez menos estable y la película va en cámara súper rápida.
Este dinamismo, abrupto y muchas veces imprevisible, hace que nuestro rol como comunicadores y profesionales de los asuntos públicos sea aún más relevante. Descifrar, comprender y sistematizar el contexto político, económico, social, tecnológico y legal es clave para que las organizaciones puedan tomar mejores decisiones. Siempre, de ser posible, la incidencia pública y el relacionamiento con los decision makers deben estar enmarcado dentro de una estrategia más amplia, pensada y diseñada a partir del análisis de estos factores contextuales.
Vivimos en un mundo cada vez más complejo e incierto para la comunicación, condicionado por la multiplicidad de escenarios y actores que dialogan entre sí y luchan por el control de la agenda pública. Un mundo en el que, a diferencia de lo que muchas veces pensamos, el poder se encuentra menos concentrado; como dice el escritor Moisés Naím, el poder es cada vez más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder. Si a todo esto, además, le sumamos la irrupción de un virus a escala mundial, el resultado es explosivo.
Estamos atravesando la primera gran pandemia de occidente en lo que va del Siglo XXI. Mucho de lo que dábamos por sentado cambió radicalmente, convirtiéndose en lo que algunos llaman “la nueva normalidad”; un nuevo contexto que estará definido por las crisis, la incertidumbre y la necesidad de adaptación:
- Crisis, crisis, crisis: el COVID-19 desató una crisis multinivel de dimensiones inesperadas: en lo sanitario, ya lleva cobrándose en el mundo más de medio millón de vidas; en lo económico, se estima que la economía mundial retrocederá 4.9% en 2020, mientras que la economía argentina ya se desplomó un 26,4% interanual en abril y anotó la caída de la actividad más importante en la historia. Esto achica naturalmente los márgenes para generar consensos más amplios, lo que puede derivar en fisuras en el tejido social y en una crisis de índole política-institucional. Las compañías deberán adaptarse para poder seguir operando con normalidad en este entorno caótico.
- Mayor incertidumbre: crisis es sinónimo de incertidumbre. Son situaciones de máximo riesgo y mínima capacidad de control, donde lo que escasean son las certezas. En este sentido, la capacidad de plantear escenarios posibles va a ser clave para que las organizaciones puedan anticiparse.
- Cambiaron las formas: el aislamiento social nos obligó a reinventar la forma de establecer y cultivar las relaciones con nuestros stakeholders. Si bien el uso de plataformas como Zoom, Microsoft Teams o Google Meets abrieron el juego a vincularnos de otra manera, el núcleo de nuestro trabajo sigue siendo el mismo: generar relaciones de confianza a largo plazo para incidir en la toma de decisiones.
- Cambiaron las prioridades: la pandemia posicionó temas nuevos en la agenda política que de otra manera no hubiesen tenido un lugar tan preponderante. El teletrabajo, la declaración de las telecomunicaciones como servicios públicos o la prohibición de cortar o suspender servicios son solo algunos ejemplos.
En momentos de incertidumbre como éste es cuando más debemos poner en valor nuestro trabajo. Dicen que en el idioma chino la palabra “crisis” está compuesta por los caracteres de “peligro” y “oportunidad”. Los argentinos de chino no entendemos mucho, pero de crisis sabemos un montón. Tal vez sea un buen momento para demostrarlo.
Sobre Juan Ignacio Di Meglio:
Actualmente es Gerente de Asuntos Públicos de LLYC Buenos Aires. Es Lic. en Relaciones Públicas por la Universidad Católica de La Plata y maestrando en Comunicación Política por la Universidad Austral. Formó parte del área de Asuntos Públicos en la consultora Burson-Marsteller, y en los últimos años se desempeñó como Coordinador de Comunicación de Gobierno Digital, en el Ministerio de Modernización de la Nación.