El comienzo de un nuevo año. Expectativas y desafíos.

30-03-2021

Pensamientos sobre lo que nos depara a los jóvenes profesionales.

Aeropuertos Argentina 2000

*Por Regina Solari e Iván Alijo

El 2020 fue un año atípico que estuvo definitivamente marcado por la incertidumbre y por la aparición de nuevos desafíos inimaginables que pusieron a prueba a todos en todo sentido. En especial a nosotros, los jóvenes.

 

Existieron un sinfín de situaciones que nos obligaron a reinventarnos tanto a nivel profesional como personal y que nos hicieron replantearnos la forma en que llevamos a cabo nuestro trabajo y nuestra manera de abordar y pensar la profesión. Fue un año de cambios. Aunque si bien ya nos encontrábamos algo acostumbrados a ellos, así también como a lidiar constantemente con el miedo a lo desconocido y a hacerle frente a un mundo signado por un dinamismo constante, no existe punto de comparación alguno con lo que nos tocó vivir (desgraciada o afortunadamente). Estábamos todos en el mismo barco, pero nadie sabía dónde estaba el norte. De esta manera, las pocas certezas que teníamos sobre nuestro futuro se nos terminaron por derribar. ¿Y ahora qué?, fue la pregunta que seguramente a más de uno le resonó varias veces en la cabeza el año anterior.

 

Sin embargo, se demostró que pudimos ser capaces de tomar toda esa incertidumbre y transformarla en el motor de nuestro trabajo.  Aprendimos a convivir y a tratar con ella hasta el punto de poder sentirnos cómodos en la mismísima incomodidad. Ya sea por necesidad, pero tampoco sin sacarnos ningún mérito, nos logramos adaptar plenamente a lo digital y a un entorno completamente impredecible y nuevo, fortalecimos nuestros lazos y vínculos pese a la distancia impuesta y limitante, y también pudimos reinventarnos y buscar nuevas formas de comunicar y de transmitir lo que debíamos. Así fue como seguimos creciendo y avanzando pese a todo viento en contra.  

 

Desafortunadamente, no sabemos lo que nos depara este año que recién comienza. Creo que no estamos ni cerca de atinarle a alguna predicción concreta y cierta.  Sería en ese caso un tanto naíf suponer y predecir situaciones posibles cuando la mayoría de todos los esquemas planeados se nos cayeron o se modificaron casi en su totalidad, haciéndonos entender de que nadie tiene el control total de absolutamente nada; pero eso no significa que no estemos preparados y que no nos encontremos en mejores condiciones para afrontar los nuevos retos que sean. Si hay algo bueno que nos dejó el año anterior, fue el hecho de que nos permitió darnos cuenta de lo capaces que podemos llegar a ser y de la gran capacidad de flexibilidad y de adaptación que poseemos.

 

En este sentido, contamos además con la seguridad de que pese a lo muy limitantes y dificultosas que parezcan las nuevas situaciones que se nos presenten, siempre seremos capaces de buscarle la vuelta desde el lado de la comunicación para poder gestionarlas y sobreponernos a ellas de la mejor manera posible. Seguirá siendo entonces de suma importancia, contar con la responsabilidad suficiente a la hora de ejercer nuestro rol como comunicadores y futuros comunicadores para así ser capaces de acompañar el contexto que sea y estar a la altura de lo que las circunstancias ameriten.

 

Somos jóvenes, tenemos ganas y nos fortalecemos en la adversidad. Así que 2021, no te tenemos miedo.  

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